lunes, 9 de abril de 2012

BMW 320

Rápido y económico
Estos dos adjetivos definen perfectamente al 320d. El propulsor es una auténtica joya de la ingeniería alemana que ha logrado, sin necesidad de emplear el tan llevado y traído raíl común (common-rail), unas cifras de potencia muy significativas para un 2 litros. Su motor es un cuatro cilindros en línea, con 16 válvulas, situado en posición longitudinal, y con 1.951 cc. La inyección directa es una de las responsables de su elevada potencia, así como el turbo de geometría variable, que sopla hasta a 2,1 bares de presión; la bomba inyectora de émbolo radial, capaz de soportar una presión de 1.350 bares; y un sofisticado sistema de gestión electrónica denominado DDE (Digitale Diesel Electronic). Todo esto permite unas cifras máximas de potencia y par de 136 CV y 28,5 mkg a 1.750 rpm, respectivamente.

Cualidades sorprendentes
Rodar por carreteras difíciles con este coche es una auténtica gozada. Su tracción trasera mantiene la filosofía deportiva de una de las marcas más laureadas de la historia y además hace del coche una ágil herramienta para abordar las zonas más viradas y lentas. El control de tracción es siempre una eficaz ayuda para aquellos conductores menos expertos y que no quieren padecer sobresaltos en su coche, por que el 320d es un coche que nos puede hacer olvidar que estamos conduciendo un Diesel. Hasta el sonido del motor, muy silencioso, es `parecido¿ al de un gasolina. Si en las carreteras de montaña el coche se mueve con soltura, en una autopista es donde se le puede sacar la quinta esencia. El confort es increíble y los desplazamientos, rapidísimos por dos motivos. El primero la elevada velocidad punta que alcanza, según cifras oficiales 207 km/h, aunque en nuestra prueba el ordenador llegó a marcar los 215 km/h. Por otro lado, el consumo de gasoil es ridículo, lo que hace que, manteniendo unas velocidades de crucero de vértigo, se pueda atravesar España sin necesidad de repostar. Menos de 9 litros cada cien kilómetros, yendo `a saco¿, así lo atestiguan.

Si la opción que se toma es viajar respetando escrupulosamente los límites de velocidad, el ordenador de abordo nos indicará un consumo en torno a los 5 litros o lo que es lo mismo, la autonomía superará ampliamente los 1.000 kilómetros.
Un coche seguro
La sensación que queda después de probar a fondo un BMW 320d es la de haber tenido entre las manos un gran coche. Su comportamiento es impecable, con un chasis que lo aguanta todo y una suspensión a medio camino entre la comodidad y la deportividad. Las pruebas de frenada atestiguaron que nos encontramos ante un coche seguro, a pesar de que sus discos ventilados de 286 mm, provistos de un sistema ABS, tienen que parar 1.375 kilos. 

                                                                                                                                                                                       

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